miércoles, 22 de octubre de 2014

EL HIJO DE CLAUDIO

          Por JUAN T H
Dicen que “en tiempos de guerra los padres entierran a los hijos, y, que en tiempos de paz, los hijos entierran a los padres”. Pero ocurre que en la República Dominicana, como si estuviéramos en una guerra no declarada, los padres están enterrando a sus hijos.

Claudio Caamaño, figura legendaria por sus luchas revolucionarias al lado de su pariente y amigo, el coronel ex presidente Constitucional de la República, Francisco Alberto Caamaño Deñó, asesinado y luego descuartizado y quemado por los esbirros de Joaquín Balaguer y los Estados Unidos en el año 1973, perdió un hijo de manera trágica. Como nadie quiere verlo: Bañado en su sangre, muerto, en  un ataúd rodeado de coronas de flores mientras el dolor le desgarra el alma. Y luego llevarlo al cementerio para el último y definitivo adiós.

Nada es más absurdo que la muerte inesperada y temprana de un hijo. ¡Nada! ¡Es tanto el amor que depositamos en ellos que su muerte también nos mata! ¡Morimos con ellos!

Claudio Francisco Caamaño Vélez, de 26 años,amante de la paz y la justicia como buen hijo de su padre y de su madre, recibió un balazo en la cabeza mientras celebraba junto a unos amigos las fiestas patronalesde Pizarrete, Baní. Dos sicarios en una motocicleta llegaron y sencillamente dispararon, sin ningún respeto ni amor por la vida.

Todo el pueblo de Pizarrete sabe los nombres de los asesinos. Pero a casi tres años del hecho de sangre, la justicia no ha castigado ejemplarmente a los culpables. La audiencia se aplaza una y otra vez. 27 veces para ser exacto. Como una burla.

Cada visita al tribunal, con la esperanza inútil de encontrar justicia, es una estocada vieja en el corazón que se abre y sangra profusamente dejando que el dolor salga  como el primer día cuando sus familiares recibieron la infausta noticia: ¡Mataron a Claudio Francisco! Oh, no quiero imaginar el rostro incrédulo y contraído de Claudio, el de su esposa Fabiola Vélez y su hermano Claudio Antonio. Me pongo en su lugar y no puedo dejar de llorar. No sé qué sería de mí sí me llamaran para decirme que unos desalmados hijos de putas mataron vil y cobardemente a cualquiera de mis hijos. La verdad, no lo sé, Claudio, no lo sé. Tal vez haría justicia con mis propias manos, dada la incapacidad de la Policía, fiscales y jueces para aplicar la ley. (“Ojo por ojo, diente por diente”)

Lo sucedido a Claudio Francisco Caamaño Vélez le ha sucedido a muchos. En casi todos los casos no hay justicia. Por ahí anda Francina Hungría, la joven ingeniera que unos desalmados le dispararon en la cabeza dejándola casi muerta. Hoy no puede ver la luz del sol ni el brillo de la luna y las estrellas, ni contemplar las olas del mar, ni los árboles en otoño. Como Claudio Francisco y Francina muchos otros. Sandra Acta no ha sido la misma desde aquel fatídico día en que se enteró de que su hijo Jonathan Enrique Pou Acta fue arrollado y abandonado muerto por un vehículo en la 27 de febrero. La justicia no hizo nada. Ella con su dolor de madre fue a todas partes, investigó, suplicó, lloró mil veces. Y nadie le hizo caso. Seis años después, gracias a su abnegación, el culpable terminó en la cárcel. Pero no pagó su crimen.

Hablo de  gente conocida, con influencia en los medios. ¿Qué será de los hijos de nadie? A esos los matan todos los días. Los cementerios están poblados de hijos de nadie. Las cárceles están saturadas de hijos de nadie. El crimen perpetrado contra el hijo de Claudio no es un hecho aislado ni casual. Sucede todos los días en cualquier lugar. Se puede llamar Claudio, Pedro, Jonathan, José, Juan, María, josefina, Judith, Sandra o Manuel. La muerte asecha. Los padres tenemos miedo por nuestros hijos.


La inseguridad ciudadana y la falta de justicia van de la mano. Los políticos hacen política con la seguridad de la ciudadanía, hacen política con la muerte ajena. No es casual que a pesar de la promesa del propio presidente de la República, Danilo Medina, no hay justicia por la muerte de Claudio Francisco Caamaño Vélez. Un abrazo solidario para Claudio, Fabiola, Claudio Antonio y demás parientes. Me uno con dolor a su dolor. Y grito: ¡justicia para Claudio Francisco, coño!

Justicia por el asesinato de Claudio Francisco Caamaño Vélez

                                                  El Carretón, Bani. 20 de octubre de 2014.


El 11 de marzo del 2012, fue asesinado por la espalda nuestro hijo Claudio Francisco Caamaño Vélez, mientras en compañía de muchas personas celebraban el carnaval de Pizarrete, Bani en un colmadón. De sus presuntos asesinos el primero que llegó fue el sargento Luis Martínez Arias, P.N. manejando su carro, después en la cola de un motor llegó su hermano Julio Martínez Arias, en el motor quedó José Ramón Puello con el encendido y acelerando. Julio fue donde Luis e inmediatamente se acercó por detrás a Claudio Francisco y sin mediar palabras le disparó en la cabeza. Los amigos de nuestro hijo agredieron al asesino con botellas y sillas, el del motor deja a Julio y sale huyendo, este dispara de nuevo y se le tranca la pistola, su hermano Luis pistola en mano y disparando lo rescata y salen huyendo hacia su carro a unos 40 metros, hieren a otras cuatro personas: Farides Medina Herreras en la cabeza con entrada y salida y tres personas más, con heridas de bala menos graves, nadie se atrevió a poner una querella o ir a los tribunales por miedo a estos sicarios y las amenazas de su pandilla formada por policías, militares y civiles.
  Hemos tenido que comunicarnos por escrito, y conservamos copias recibidas, con el Ministerio de las Fuerzas Armadas, la Jefatura del Ejército, La Armada y La Policía Nacional y poner tres querellas judiciales contra miembros de esas instituciones armadas para proteger a los testigos y a nuestra familia de amenazas de muerte e interferencia en los juicios. Nos comunicamos también con el Procurador General de la República y el Fiscal Titular de la Provincia Peravia Lic. Constantino Beltré Sánchez, para solicitar mayores medidas de seguridad en los juicios a los  asesinos de nuestro hijo, por la agresividad de los imputados y sus acompañantes.
  La Policía Nacional y el fiscal Miguel Cuevas Paulino no fueron al lugar  de los hechos a investigar, la investigación la hicimos nosotros. Según la declaración de los testigos los tribunales acusaron a Julio Martínez Arias de asesinato y a su hermano sargento Luis Martínez Arias, P.N. y a José Ramón Puello de cómplices de asesinato. Meses después el sargento Luis Martínez Arias, P.N. logró salir bajo fianza y el 27 de febrero de 2013, intentó asesinar en dos ocasiones al testigo de cargo Abraham Martínez, fue hecho preso por intento de homicidio.
  Hace cinco meses fui recibido por el Presidente Danilo Medina Sánchez, y el tema principal que le traté fue el caso de este sargento de la policía que estando preso durante más de dos años acusado de cómplice de asesinato y luego al salir bajo fianza volvió a caer preso por el intento de asesinar en dos ocasiones a uno de los testigos. Que con faltas tan graves seguía siendo miembro de la Policía Nacional sin prestar durante más de dos años ningún servicio. El Presidente Medina Sánchez dispuso inmediatamente una investigación sobre este caso y un tiempo después el Mayor General Adán B. Cáceres Silvestre, E.R.D. me mostró en su oficina del  Palacio Nacional el expediente de la investigación en el cual le mintieron al Presidente de la República, informándole que este sargento Luis Martínez Arias, P.N. no estaba acusado de cómplice en el asesinato de nuestro hijo.
  El día 15 de septiembre de 2014, tenía el apresado sargento Luis Martínez Arias, P.N. dos juicios en el Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Peravia, integrado por: las magistradas Orquis S. Celado González, Presidenta, Quenia M. Pol Sanquintín y María del S. Cordero Segura;  uno como cómplice en el asesinato de nuestro hijo y el otro por intento de asesinato de un testigo de cargo. El juicio como cómplice de asesinato de nuestro hijo, tuvo rápidamente el reenvió número 27, en más de dos años en el mismo tribunal, por la parte de los imputados para el 30 de octubre (45 días). El juicio de intento de asesinato a un testigo se pospuso por falta de un testigo de 12 del medio día a las 2 de la tarde (2 horas) y luego se reenvió para el jueves 18 de septiembre (3 días). En este juicio el sargento Luis Martínez Arias, P.N. fue puesto rápidamente en libertad.
  Nuestra familia desde el asesinato de Claudio Francisco hace 2 años y 8 meses, hemos sufrido terriblemente. Aún desconocemos porque fue cobardemente ejecutado por estos sicarios,  que ahora conocemos que también han asesinado a otros y es la primera vez que enfrentan juicio por sus crímenes. Hemos esperado durante años que en el juicio de fondo se conozca la verdad sobre este asesinato.  Pero han ocurrido tantas incidencias a favor de los imputados en estos juicios durante casi tres años, que hemos llegado a creer sin duda alguna que fuertes influencias políticas, judiciales y policiales protegen a los que están acusados formalmente del asesinato de nuestro hijo.
 ¡Sólo buscamos y queremos justicia!



Claudio Caamaño Grullón

  

lunes, 6 de octubre de 2014

El león abatido


Va gruñendo impaciente el león,
inspirado en el grito seguido
que de nuevo le llama ladrón.
¡Ha encontrado por fin su apellido!

Él ha sido señor de la selva
que procura reinar un milenio,
mas el grito sugiere no vuelva
a intentar otra vez con su ingenio.

De las lomas un eco vacío
se confunde con miles tormentas
mientras alguien repite "¡lo mío!",
mientras nadie repasa las cuentas.

¿Dije "nadie"? ¿No sé lo que dije?
Es preciso aclarar mi canción.
Ya despierta mi pueblo, que elige
nuevos aires y nuevo timón.

Brota un verso del fondo del alma;
va creciendo valiente el tesón.
El cantor ha escalado una palma;
se estremece en su furia el león.

Cristino Alberto Gómez
1° de octubre de 2014