miércoles, 24 de agosto de 2011

PERDÓN, CORONEL DE ABRIL

Por George F Torres

Miembro de la Fundación Caamaño y del Partido Nacionalista Revolucionario


Coronel Caamaño: Me dirijo a Usted en el día de hoy, respetuosamente, para comunicarle a Usted la situación en que se encuentra nuestra Patria, esa misma Patria por la que Usted, junto a un valiente grupo de combatientes que siguieron creyendo en los valores que dieron origen a la Republica Dominicana, a la gesta Restauradora y a la Revolución de Abril de 1965, decidieron ofrendar su propia vida en busca de la libertad del pueblo dominicano.


Y me dirijo a Usted para pedirle en primera instancia, mi más sincero perdón.
Perdón, aun a sabiendas de que este último acto constituye una simple y pobre expiación para un alma compungida, para un espíritu decaído, para unas fuerzas físicas que decaen con el paso natural de los años y el desgaste a que nos vemos sometidos por designios de la naturaleza misma los seres humanos.


Le pido perdón en primer lugar por no haber estado junto a Usted en las montañas de Ocoa cuando las balas arteras de los asesinos balagueristas atravesaron su cuerpo y derramaron su sangre sobre las tierras que desde entonces llevan parte de su mismo espíritu, de su mismo ser, de su misma esencia y a las cuales honramos con todo nuestro corazón. La muerte, etapa final de la vida misma, me hubiese al menos evitado tener que contemplar lo que ha sucedido en nuestra Patria luego de su sacrificio, luego de su inmolación, luego de su martirio, suyo y de sus compañeros.


Le pido perdón, Coronel, por no haber enfrentado con todavía más dureza a aquellos que se han erigido como dueños de la Patria Dominicana para tratar de arrodillarla a sus intereses. El asesino y ladrón Joaquin Balaguer, mismo que ordeno su muerte, termino sus días en una cama de hospital no sin antes entregarle su herencia de vileza y latrocinio a una cuadrilla de nuevos millonarios que a su vez dieron paso a un grupo de insignificantes, lumpenes, cuatreros baratos, individuos sin capacidad moral ni política ni social y mucho menos Patriótica agrupados en dos formaciones creadas bajo la esperanza de un porvenir mejor y convertidas en antros de corrupción, robo, asesinato, mafia, tráfico de influencias, drogas y toda forma de enriquecimiento ilícito; me refiero a esos dos engendros del mal llamados el PRD y el PLD pues el partido balaguerista no es más que una entelequia dedicada a plegarse a quien más le ofrezca en la repartición del botín que le es usufructuado al pueblo dominicano.


Le pido perdón Coronel, por no haber denunciado con más fuerza a unas Fuerzas Armadas viciadas de los mismos pesares que he mencionado anteriormente, es decir, llenas de ladrones, corruptos, mafiosos, traficantes de drogas e influencias, completamente subordinadas al mismo poder extranjero que Usted y un grupo de patriotas combatieron hasta morir en las calles gloriosas de ciudad nueva en 1965.

Es decir, unas Fuerzas Armadas dominicanas que no son más que una aberración, una vergüenza, una triste imagen de lo que debe ser un soldado al servicio de la Patria.


Le pido perdón Coronel, por una sociedad civil que ha olvidado los valores que dieron origen a la Formación de la Republica, a quienes no les importan ni Duarte ni Sánchez ni Mella; a quienes no les importan ni Gregorio Luperon ni Gaspar Polanco, Santiago Rodriguez ni los miles de patriotas que dieron, tal como Usted, su vida en bien de la Patria. Una sociedad civil que olvido el sacrificio de los Héroes de la Barranquita, de Constanza, Maimón y Estero Hondo, de los Héroes del 14 de Junio; que olvido a los Héroes de Las Manaclas, a los de Abril, a los de Caracoles. Y sabe Usted porque Coronel? Porque es mas fácil hacerse de la vista gorda y ser pasivo que decidirse a luchar y a combatir a esa camarilla de ladrones, usurpadores, bandidos y mafiosos que nos han gobernado.


Le pido perdón Coronel, por una izquierda traidora, oportunista, populista y buscadora de placeres: la misma izquierda que no ha hecho más que servirle a los peores intereses que gravitan sobre la Republica Dominicana; la misma izquierda que a sabiendas lo abandono a Usted y a sus compañeros para que sufrieran el destino que al final sufrieron y poder levantar así su figura para atraer más recursos y mas incautos a sus filas cada vez mas desacreditadas y escasas: una izquierda plegada a los que nos gobiernan y a sus amos en el extranjero: ninguno es digno, Coronel, ninguno!


Le pido perdón Coronel, por observar como espectador silente a una Patria que llora, una Patria dolida, abusada, violada, mancillada, herida de muerte y abandonada a su suerte por esos mismos que jamás han entendido cual es su deber ante ella y ante Dios.

Le pido perdón, en esencia, por no haber hecho más.


Quiero, sin embargo, afirmarle que jamás le traicionare. Que no dejare a mis hijos nada más que una educación y muchas deudas y moriré feliz y en paz porque no soy ni he sabido ser ni un ladrón ni un corrupto. Que no he participado ni lo hare, y le prometo que mis hijos tampoco lo harán, del festín de la repartición de los bienes usurpados por los corruptos en desmedro del pueblo dominicano. Que no utilizare su nombre para que hacia mi corran o se trafiquen influencias en mi beneficio o el de aquellos que me rodean. Que no desacreditare ni su memoria ni sus principios faltando a mi deber ante la Patria y ante Dios porque al fin y al cabo, eso es lo único que me pertenece. Que me iré a la tumba conocedor de que he mantenido, dondequiera que este, su memoria en alto; que tanto en los cuarteles militares como en mi trabajo civil y en mi propio hogar y en mi vida como persona o como individuo no he permitido que su nombre y el de sus compañeros sean usados para arrebatarle el lugar que les corresponde en la defensa de la Libertad, la Justicia y la Soberanía de la Republica Dominicana. Que luchare y seguiré luchando aunque sea con la denuncia y el enfrentamiento con los poderosos, los corruptos y los asesinos hasta mi último aliento, que espero sea en defensa de la Patria.


Así lo prometo, Coronel de Abril, Comandante de Caracoles, Guerrillero del Pueblo y de la Patria.


Y si así no lo hiciere, que Dios y esa misma Patria me lo tengan en cuenta.


Con un saludo Patriótico y Revolucionario.


Respetuosamente,


George F Torres


Agosto de 2011

¿Y qué es lo pasa con Euclides?

Por Claudio A. Caamaño (hijo)

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Twitter: @ClaudioCaamano

Qué risa me produjo el artículo escrito por Euclides Gutiérrez Félix en su columna semanal del periódico El Nacional, de fecha 22 de agosto. Ahora si puedo asegurar que debajo de esa coraza de pseudo-intelectual, se esconde un ser con un marcado déficit de inteligencia. Mete la pata y después la remueve para aumentar su fétido embarre.

Sus argumentos son menos sofisticados que los que esbozaría mi sobrinito de cuatros años. Será que está entrando en decrepitud. A esa edad es entendible que la mente comience a fallar… Eso sería lo único que excusaría la ráfaga de estupideces que dice.

No solo es un corrupto, un delincuente y un irrespetuoso, sino que además cree que es Cristóbal Colón, y que nosotros somos un bandado de indios. Es lamentable que un medio de comunicación del prestigio de El Nacional se preste para difundir semejantes falacias. Eso deja mucho que pensar de la prensa nacional. Respeto la libertad de expresión, pero eso es un insulto a la población dominicana.

Vemos como menciona al pobre profesor Juan Bosch, tanto que se cuidó de mantenerse intachable para que sus “discípulos” defequen en sus principios. Dudo mucho que un trujillista y calié como Euclides Gutiérrez pueda considerarse seguidor de los principios de Don Juan. Para se alumno hay que estar a la altura del maestro.

Euclides, un consejo… Cállate ya, que mientras más hablas más irritas y más te embarras. De corazón… visita algún psicólogo amigo tuyo para ver si te orienta un poco… o mejor aún, a un psiquiatra. Eso sería lo mejor.

¿Cuánto vale un líder?

Nuestros "líderes" se han abandonado al disfrute del lujo...

por ANDRÉS L. MATEO



Joaquín Balaguer se murió creyendo que él ganaba tres mil pesos, y salvo su desmedida pasión por el poder, todo en él fue frugal. Juan Bosch tenía fama de tacaño, pero con los cuartos del pueblo era intransigente. Abría un monedero de plástico color rojo, de esos que le decían "totico", y otorgaba una ayuda de su propio peculio.


Nunca nadie le vio más de cincuenta pesos en el "totico", de manera que esas ayudas personales eran siempre modestas, como la muy célebre que le dio al escritor Ramón Lacay Polanco a la salida de la catedral de Santo Domingo, y que provocó la expresión ya famosa de "!Juan! ¿cinco pesos? ¡Barbarazo, Juan, barbarazo! José Francisco Peña Gómez era un ventarrón, siempre andaba de prisa y nunca tenía un centavo en los bolsillos.


Para salir de apuros, si alguien le pedía dinero para pagar una receta, miraba a su alrededor y le daba un sablazo al que estuviera más cerca. Luego se iba como un bólido, moviendo los brazos con su estilo único, hablando en voz alta y sonriendo con la mirada de niño inocente que siempre tuvo. Ese fue un liderazgo histórico de costo muy bajo. Más que en el dinero, se empinaban en la pasión por el poder (Balaguer), en la idea más pura del bien común (Bosch), o en el sudario del redentor que mira su propia vida con un propósito liberador de las multitudes (Peña Gómez). Ninguno dejó fortuna, ninguno legó una riqueza material obscena. Ninguno fue proclive al dinero.


¿Pero cuánto vale un "líder" hoy? ¿Qué costo social tienen esos turpenes que hacen rebotar del presupuesto la pelota de su egoísmo? ¿Por cuánto nos salen "El querido", "Putico" y el "Chato"? ¿Se puede medir en valores lo que nos cuestan Andrés Vanderhorst, González Espinosa, Wessin Chávez, Peña Guaba y otros "emergentes" que le dan bien duro con un palo a la piñata del Estado? ¿Euclides Gutiérrez Féliz, con todo y sus palacios campestres, no nos cuesta "los millones de chanflán"? ¿A cuánto asciende el costo de Reynaldo Pared Pérez, "el ejemplar"; con su residencia veraniega en "Los mogotes" y su barrilito? ¿Y Lila Alburquerque, la que "no coge corte", cuánto nos cuesta? ¿Puede un Estado pobre cargar con la voracidad de Rodríguez Pimentel o Matos Berrido? ¿Acaso Bengoa no devenga un salario que equivale a la asignación de un hospital regional? ¿Y N. G Cortiñas no es uno y trino, porque cobra en varios Consejos de Directores, y gana una verdadera fortuna? ¿Quién arrima el hombro para saber el valor que la sociedad tiene que invertir para mantener un "líder" de la estatura de Carlos Morales Troncoso? (más manteca da un ladrillo).


La reingeniería de la política dominicana debería cuestionarse cuánto nos cuestan los "líderes" que nos gobiernan, incluyendo a los de la oposición; porque a estas alturas todos tenemos derecho a preguntarnos si en realidad los políticos son verdaderamente necesarios, y si sirven para algo que no sea enriquecerse .


Nuestros "líderes" han perdido la introspección, y se han abandonado al disfrute del lujo y la riqueza. ¿No fue el puro gestuario de la ostentación lo que lleva a una antigua humilde maestra a comprar dos carteras Vuitton en ciento noventa y cinco mil pesos?


Hace apenas unos años bregaba en las aulas, discutía por secciones en la UASD, y ahora ofende la pobreza solemne de este país con la ostentación más burda y descarada.


Cuando Juan Bosch salió del gobierno, producto del golpe de Estado de 1963, dejó una cuenta bancaria de ciento cuatro pesos con cuatro centavos. El periodista Al Burt, del Miami Herald, publicó un artículo que tituló "El legado del honrado Juan", apenas cinco días después del golpe. "Deja elcargo con las manos tan limpias como vacías", proclamaba Al Burt. Y se cuestionaba si "el legado del honrado Juan habrá abandonado el país junto con él".


Y así fue. La locura del modelo de honradez que enarboló con su ejemplo, era como llevar el ideal al extremo y ser tragado por él. Los políticos más caros del mundo han olvidado al "honrado Juan", quien es tan solo esa voz que los despierta sobresaltados, y que los hace ir al espejo a ver el rostro con que viven.




¡Oh, Dios!

lunes, 22 de agosto de 2011

Cosa pública… ¿Cosa de nadie o cosa de todos?

Por Claudio A. Caamaño (hijo)

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Twitter: @ClaudioCaamano

Tal parece que los dominicanos aun no tenemos muy claro el concepto “cosas del Estado”. Muchos llegamos a creer que son propiedad del gobierno, otros entienden que nos son propiedad de nadie, y otros (la mayoría) simplemente no saben identificar que es una “cosa del Estado” y que no lo es.

En épocas primitivas no existía el Estado, ni mucho menos la noción de propiedad, nada era de nadie. Luego con el nacimiento de régimen monárquico encontramos que el Rey es el dueño del Estado, así lo expresa Luis XIV con su famosa y acertada frase: “el Estado soy yo”. Con el nacimiento de la democracia surge una nueva concepción del Estado: el Estado es el pueblo.

Así que cuando nos referimos a las cosas del Estado, no nos estamos refiriendo a cosas de nadie, ni mucho menos a cosas del gobierno, sino a cosas que son de todos nosotros. El gobierno no es más que un mero administrador de nuestros bienes. Un cuerpo de empleados a nuestro servicio (pagados por nosotros).

Es preciso que nos comencemos a preocupar por como el gobierno administra nuestros bienes y nuestros fondos. Que de una vez por todas entendamos que cuando un funcionario roba al Estado, nos está robando directamente a nosotros. Que no hay diferencia entre el delincuente que roba celulares, el ladrón que se mete por la ventana, y el funcionario corrupto. De hecho, el ultimo es el peor de todos, pues pudiéndose ganar la vida de otra manera, decide ser un delincuente.

Cada peso de impuesto que pagamos (que son muchos), no deja de ser nuestro, sigue perteneciéndonos, solo que ahora va a un fondo común, para hacer cosas en beneficio de la comunidad. No debería jamás pasar a ser parte del patrimonio personal de miembro alguno del gobierno, y si así ocurre, es un robo y un crimen, del cual todos somos culpables.

Si en una empresa un gerente está haciendo mal su trabajo, culpa no es de la secretaria, ni mucho menos del conserje, sino culpa del presidente de la empresa, del jefe, que es llamado a observar la conducta correcta de todos los empleados… en la inmensa empresa Republica Dominicana, los jefes somos nosotros. Asumamos la responsabilidad.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Las mansiones de Euclides Gutiérrez Félix

Por Claudio A. Caamaño (hijo)

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Twitter: @ClaudioCaamano

No me gusta citar casos en específico, pues creo que el problema no son directamente los individuos, sino el sistema que les permite a estos individuos hacer y deshacer sin ningún freno. No se hace nada con secar el charco ocasionado por la gotera, si primero no se repara la grieta que hay en el techo. Para buscar soluciones, primero es preciso separar las causas de las consecuencias.

Esta vez hare una pequeña excepción. Acabo de ver un video en el que se muestran las fastuosas mansiones de Euclides Gutiérrez Félix (http://www.youtube.com/watch?v=Z5m4sijak-M&feature=player_embedded), realizado por la honorable y bella periodista y comunicadora Nuria Piera, el cual muestra un verdadero ejemplo de lo dañado que esta nuestro sistema. Aquí vemos como este “señor”, posee con toda impunidad una serie de propiedades que dan a lucir lo prolífica que ha sido su trayectoria como calié de Trujillo, luego como tumba polvo, y ahora, como sanguijuela gubernamental.

Pero me pregunto ¿de qué le sirve a un hombre viejo y desgastado, en las últimas de sus días, tener todas esas cosas sino tiene honor ni vergüenza? Cualquiera que lo ve por ahí con su cara dura y malhumorada, pensaría que es una persona inteligente. Las apariencias engañan.

Lo que más me duele es que este personaje se jacta de sus vínculos con nuestro líder Francisco Alberto Caamaño Deñó. Ha hecho difundir fotos en las que aparece al lado de Caamaño, como si esto implicara algo trascendente. He visto muchas fotos de Caamaño al lado de otros traidores menos presumidos. Ha insinuado en múltiples ocasiones, que él, Euclides Gutiérrez, le escribía discursos a Caamaño… Es verdad que cuando la gente no se respeta a sí misma, se le hace imposible tener respeto por los demás.

Les invito a que vean el video en cuestión, para que observen un vivo ejemplo de porque nuestros funcionarios se esfuerzan tanto para estar en el cargo. Para que vean como las personas que han perdido la vergüenza intentan recuperarla rodeándose de lujos y excesos. Y lo peor de todo… con nuestro dinero.

lunes, 8 de agosto de 2011

Ab. ¿Asi es la vida?

Por Ana Bueno

De Diario Libre

Quédate con tu idealismo, que la realidad vendrá a despertarte. Así me he sentido en estos días. No se imaginan el coraje que me da cuando alguien me dice: "Así son las cosas, el mundo funciona de esta manera, si todo el mundo lo hace ¿por qué tú no?" Pues porque no. Justificar algo mal hecho porque todo el mundo lo hace o porque si no pasas por el aro te quedas fuera, no son razones suficientes para mí. Me niego a aceptarlo. Y seguramente seguiré siendo la idealista que se da contra un gran muro. Pero prefiero eso a saber que hice algo mal porque "todo el mundo lo hace y así es la vida".

anabmontoya@hotmail.com

miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Qué los Caamaño apoyan a Danilo?

Por Claudio A. Caamaño (hijo)

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Twitter: @ClaudioCaamano

Qué pena me dio cuando un amigo me envió un mensaje que Danilo Medina publicó en su cuenta oficial de Twitter, donde decía: “Muy agradecido por el apoyo recibido de la familia Caamaño. Gente respetada y de gran valor”. Al principio me pareció una broma del mal gusto, pero lamentablemente era cierto.

Ahora los políticos no respetan ni siquiera la honra familiar, hacen cualquier cosa que les permita granjearse unos cuantos votos. La escalada al poder es una carrera que no conoce reglas. Entiendo a Danilo, su afán es llegar, no importa cómo. Lo que no entiendo es la conducta de mis parientes, que prostituyen nuestro apellido.

Entiendo que cada quien debe trillar su propio camino y no aprovecharse del camino que otro trilló con amor, sudor y sangre. Es por eso que me resulta intolerable lo que está pasando con esa pequeña porción de mis parientes que se han tomado la demanda de empañar la trayectoria familiar.

Es cierto, nuestra familia ha contado con individuos muy respetables y de un valor inmenso, pero estoy seguro que ninguno de los que estaban presentes en esa reunión de apoyo a Danilo puede considerarse abanderado de esos buenos principios, lo acaban de demostrar. No quisiera imaginarme la cara de Francisco Alberto Caamaño Deñó al ver su familia postrarse ante el sistema que el tanto combatió.

Mi padre, Claudio Caamaño Grullón, y no lo digo porque sea mi padre, es el Caamaño de mayor valor y respeto que aun respira sobre nuestro suelo. Su opinión ante este hecho no hay que preguntársela, pues la indignación se le nota hasta en la sombra. Ha renunciado infinidad de veces a los beneficios pasajeros y mundanos que le han ofrecido los políticos, y hoy su familia mansilla su nombre.

No sé quien les ha dado el derecho de utilizar nuestro apellido como frase de campaña. Yo soy Caamaño y no estoy de acuerdo, ni creo que ningún Caamaño que se respete estaría de acuerdo. Hay cosas que no se ponen en juego por ventajas politiqueras.

Me disculpan mis parientes, pero se me hace un poco difícil tener respeto por quienes no se respetan a sí mismos.

lunes, 1 de agosto de 2011

No le echemos la culpa al perro

Por Claudio A. Caamaño (hijo)

www.elamigodelpuebloRD.blogspot.com

Si tenemos un perro rabioso y este muerde a alguien ¿De quién es la culpa? Obviamente de nosotros que somos los dueños. Si sabemos que es un animal agresivo es nuestra responsabilidad ponerle un bozal o atarlo con una buena cadena. Sería completamente ilógico e irresponsable querer culpar al perro.

Entonces, si tenemos un gobierno corrupto y ladrón ¿Quién es el culpable de las fechorías que este hace? Pues quien más… Nosotros. Si sabemos que está compuesto por personas sin ningún tipo moral, y no le ponemos un tope a sus excesos, ni hacemos nada para quitarles de ahí, nosotros somos los verdaderos responsables. Fuimos nosotros quienes los pusimos donde están, sea por obra o por omisión.

Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Si nosotros tenemos uno bastante malo es porque nos lo hemos ganado a pulso. Nuestra indiferencia y comodidad es la que nos mantiene atados a esa cruz. Analicemos nuestra actitud, si es verdad que queremos un mejor país.

Seamos más serios… No le echemos la culpa al perro.