miércoles, 5 de febrero de 2014

Restos Caamaño: despejando dudas sobre informe de INACIF

Por Claudio Antonio Caamaño Vélez

Muchas personas me han preguntado por las redes sociales qué cómo es posible que un Tribunal emitiera una sentencia ordenando el traslado de los restos del coronel Caamaño al Panteón de la Patria cuando ya el INACIF dio un informe diciendo que esos no son. Así mismo veo que muchos medios se hacen eco de lo que dice ese informe.
No es que el informe del INACIF no tenga valor para nosotros, o para los jueces que emitieron la Sentencia No.040-2014, es que simplemente no tiene valor, pues además de ser nulo por estar hecho contrario a la ley, adolece de graves incongruencias que se evidencian con la simple lectura.
Todo acto realizado contrario a la ley es nulo de pleno derecho. El estudio que realizó el Instituto Nacional de Ciencias Forenses fue ordenado de manera arbitraria en franca violación a la Ley 4-13, por lo que carece de fuerza legal o probatoria. Además, el informe fue dado a conocer luego de que el Tribunal Superior Administrativo ordenara la suspensión de dichos estudios.
Desde el punto de vista científico, el INACIF cometió innumerables errores de procedimiento al momento de exhumar y procesar esos huesos. No se tomó precaución alguna para evitar que los restos de Caamaño fueran contaminados con ADN proveniente de otra persona. Todos vimos como la caja donde reposaban los restos fue abierta al público, en un lugar donde había cientos de personas; ese error por si solo invalida el estudio. Así mismo no respetaron debidamente la cadena de custodia. Aun hoy no sabemos donde estuvieron los restos de Caamaño durante los más de siete meses que fueron objeto de “estudio”, más grave aún, todavía no sabemos donde están esos restos ni cuál es su estado actual. Lo único sabemos, de manera no oficial, es que estos se estuvieron guardando en el depósito donde guardan la droga.
No decimos que el INACIF no encontró ADN en los restos de Caamaño, lo que decimos es que ese ADN no pertenece a esos huesos. Puede pertenecer a los miembros del laboratorio, a cualquiera de las personas que estaban presentes el día de exhumación, a los antropólogos que realizaron el estudio en el 1987, o a cualquier persona que tuvieron contacto con esos restos, que fueron muchas. Pero definitivamente no pertenece a los restos de Caamaño, que fueron parcialmente quemados, y que luego estuvieron más de 7 años bajo tierra, envueltos en lodo, lo cual destruye la molécula de proteína que contiene el ADN, como han asegurado todos los especialistas que consultó el Congreso Nacional, así como los consultados por la Fundación Caamaño.
Ese informe está plagado de contradicciones, y carece de muchos elementos. Por ejemplo, no explica el por qué no se encontraron muestras en la mayoría de los restos, ni como dos fémures, que evidencian pertenecer a una misma persona, uno pertenece a un hombre y el otro a una mujer, una mujer que ese caso tendría casi seis pies de estatura según las medidas antropométricas de dichas osamentas (la altura de Caamaño).
El informe del INACIF contradice en todas sus partes el informe realizado por los antropólogos que tuvieron a su cargo el levantamiento y estudio de esos restos en 1987, sin embargo no hace una sola referencia a esto. Lo cual es, entre otras cosas, una falta de respeto al trabajo que realizaron esos reconocidos profesionales de la antropología dominicana.
El informe del INACIF solo sirve para probar una cosa: la intención que se tuvo desde un principio de desacreditar la autenticidad de los restos del coronel Caamaño. Así mismo debe servir para poner en alerta sobre la calidad de los aparatos de investigación con que contamos en la República Dominicana.
Debajo de estas piedras hay muchas cucarachas. El pueblo se irá dando cuenta de la verdad que ha estado detrás de todo esto, de cómo pretendieron botar en un osario común los restos del patriota dominicano más trascendente del siglo XX: Francisco Alberto Caamaño Deñó.

@claudiocaamano

claudiocaamano@gmail.com

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