De Diario Libre
La jornada de paro cívico del lunes mostró muchas de las peculiaridades que hacen única esta sociedad y que se pueden considerar "ganancias" en el buen sentido de la palabra.
Por ejemplo, a pesar de que hubo tres muertos, la Policía mató menos personas que en un día normal. O sea, que se puede.
Hubo menos robos y menos actos delictivos. O sea, que los delincuentes también pueden frenarse un poco.
No llegaron tantos pacientes de cólera a los hospitales. Es más, había muy pocos pacientes en las emergencias.
Evidentemente, se consumió mucho menos gasolina.
La gente se economizó lo del transporte y la comida en la calle de los trabajadores.
El Gobierno dejó de cobrar casi mil millones en impuestos y otros ingresos. Eso puede ser malo, porque ahora Juan Hernández saldrá con el cuchillo en la boca.
La gente descansó y jugó dominó, los muchachos "vitilla", y como hubo energía eléctrica, se vio televisión.
Parece que le llegó una "borona" a la OMSA, pues sus autobuses estuvieron muy activos.
Lo mejor del paro, sin embargo, es que resultó barato. Los organizadores no tuvieron que invertir casi nada, porque la gente paró por su propia cuenta y como no había interlocutores válidos, el gobierno se economizó el arreglo con los choferes, que siempre sale muy caro.
Como se ve, hubo ganancia para todo el mundo. Ojalá haya también cambio en el proceder del Gobierno.
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